Uno de los problemas asociados al
Alzheimer es que se trata de un enfermedad neurodegenerativa, con lo que con el
tiempo la persona va perdiendo facultades.
Una
situación que aparte del sufrimiento que entraña para el propio paciente y sus
familiares, también lo tienen que sobrellevar los cuidadores, ya que su labor
día a día se van haciendo cada vez más compleja, ya que el paciente de
Alzheimer va siendo cada vez más dependiente.
En muchas ocasiones se trata de un cuidador informal, es decir, un miembro de la familia el que se encarga del cuidado del paciente, el cual además de las emociones que le provoca por su afinidad, tiene un plus añadido de presión en cuanto a que no está formado y preparado para ello.
Más o menos todos nos vemos capaces de atender a un crío recién nacido, o de atender a un anciano en los cuidados más generales, pero esto no es suficiente cuando se trata de una persona enferma y de ahí la necesidad de que estos cuidadores informales se profesionalicen o por lo menos acudan a asociaciones y organizaciones que le puedan ofrecer el apoyo profesional necesario con lo que suplir sus carencias, con la idea de que pueda ofrecer la mayor calidad asistencial posible al enfermo de Alzheimer.
De hecho el conocimiento sobre la enfermedad y su avance no va a ser el único criterio que va a afectar en la calidad del cuidado, si no también la propia salud física y psicológica del cuidador, ya que si este se ve resentido por alguna enfermedad, también lo hará el cuidado que pueda ofrecer, de ahí que en los últimos años se esté empezando a prestar mayor atención al cuidador, sobre todo desde las distintas instituciones publicas y privadas, que organizan actos tanto de concienciación como de convivencia entre los cuidadores, tanto en cuanto a información se refiere, como a la hora de ofrecerle ayuda y consuelo emocional, con lo que poder “recargar las pilas” para poder hacer bien su trabajo, pero ¿Se puede mejorar el Alzheimer interviniendo en el cuidador?
Mejorar el
Alzheimer:En muchas ocasiones se trata de un cuidador informal, es decir, un miembro de la familia el que se encarga del cuidado del paciente, el cual además de las emociones que le provoca por su afinidad, tiene un plus añadido de presión en cuanto a que no está formado y preparado para ello.
Más o menos todos nos vemos capaces de atender a un crío recién nacido, o de atender a un anciano en los cuidados más generales, pero esto no es suficiente cuando se trata de una persona enferma y de ahí la necesidad de que estos cuidadores informales se profesionalicen o por lo menos acudan a asociaciones y organizaciones que le puedan ofrecer el apoyo profesional necesario con lo que suplir sus carencias, con la idea de que pueda ofrecer la mayor calidad asistencial posible al enfermo de Alzheimer.
De hecho el conocimiento sobre la enfermedad y su avance no va a ser el único criterio que va a afectar en la calidad del cuidado, si no también la propia salud física y psicológica del cuidador, ya que si este se ve resentido por alguna enfermedad, también lo hará el cuidado que pueda ofrecer, de ahí que en los últimos años se esté empezando a prestar mayor atención al cuidador, sobre todo desde las distintas instituciones publicas y privadas, que organizan actos tanto de concienciación como de convivencia entre los cuidadores, tanto en cuanto a información se refiere, como a la hora de ofrecerle ayuda y consuelo emocional, con lo que poder “recargar las pilas” para poder hacer bien su trabajo, pero ¿Se puede mejorar el Alzheimer interviniendo en el cuidador?
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