Las nuevas investigaciones indican que los cambios en el modo de caminar podrían ser una señal del aumento del riesgo de discapacidad cognitiva
VANCOUVER, Colombia Británica, 16 de julio de 2012 /PRNewswire/ -- Las alteraciones al caminar - como un ritmo de caminar más lento o unas zancadas más variables - podrían indicar una reducción de la función cognitiva, según las nuevas investigaciones indicadas hoy en la Alzheimer's Association's International Conference® 2012 (AAIC® 2012).
"Con la generación del baby boom cada vez mayor y en un riesgo mayor de padecer Alzheimer y demencia, es importante para los médicos ser conscientes de las asociaciones entre el modo de caminar y la función mental. Estos estudios indican que observar y evaluar los cambios en la forma de caminar podrían ser una herramienta valiosa para señalizar la necesidad de seguir con la evaluación cognitiva", comentó William Thies, PhD, responsable médico y responsable científico de la Alzheimer's Association®.
"Para los médicos que están ocupados y cuentan con un tiempo limitado de cara a sus pacientes, el control del deterioro y otros cambios en la forma de caminar de una persona es ideal, ya que no necesita de una tecnología muy cara o no lleva mucho tiempo para realizarse una evaluación. Es relativamente sencillo y también algo muy directo", añadió Thies.
El análisis de la forma de caminar muestra que la velocidad de las zancadas y la variabilidad pueden estar relacionados con la discapacidad cognitiva
Las dificultades al caminar no son consecuencias inevitables del envejecimiento. A pesar de ello suelen ser problemas comunes y relevantes entre los adultos mayores. Las investigaciones han demostrado que las personas que presentan dificultades al caminar no solo presentan un riesgo en aumento de caerse, sino que presentan también un riesgo mayor de desarrollar enfermedades de la memoria y demencia.
Stephanie A. Bridenbaugh, doctora del Basel Mobility Center en Basilea, Suiza, y sus colegas han usado el análisis cuantitativo de la forma de andar para explorar este problema. En el estudio se ha realizado un seguimiento a 1.153 participantes (edad media de 77 años), incluyendo a pacientes no ingresados del Basel Memory Clinic y del Basel Mobility Center, además de pacientes sanos cognitivos en el estudio cohorte en Basilea, del año 2007 a 2011.
Se dividió a los participantes en grupos basándose en sus diagnosis cognitivas: sanos cognitivamente, discapacidad cognitiva leve (MCI) o demencia por Alzheimer. Los que padecían demencia por Alzheimer fueron subdivididos en leves, moderados o severos. La forma de caminar se evaluó usando un andador electrónico de 10 metros de largo con casi 30.000 sensores de presión integrados. Todos los participantes realizaron un paso "normal" y dos "tareas dobles" diferentes - caminar de forma normal a la vez que contaban de modo simultáneo hacia atrás en voz alta o a la vez que de forma simultánea nombraban animales.
Los científicos descubrieron que el modo de caminar era más lento y más variable cuando progresaba la reducción cognitiva. Para todos los grupos, las velocidades de caminar eran menores cuando se realizaba la doble tarea frente a cuando solo caminaban como tarea única. "Las personas que sufren demencia por Alzheimer caminaban más despacio que los que sufrían MCI, que por otra parte caminaban más lentos que los que estaban sanos desde el punto de vista cognitivo", afirmó Bridenbaugh.
"Las discapacidades de movilidad a menudo se asocian con la demencia, y unos cambios en la forma de caminar podrían darse incluso antes de que se pudiera detectar el descenso cognitivo por medio de los métodos de pruebas tradicionales. El análisis de la forma de caminar se puede llevar a cabo de forma sencilla, rápida y objetiva. Cuando surgen los problemas esto podría suponer una detección primaria de riesgo de caída y de las fases iniciales de la discapacidad cognitiva en adultos mayores", añadió Bridenbaugh. "Un análisis de la forma de caminar no sustituirá la evaluación neurofísica completa para la diagnosis del estado cognitivo del paciente. El análisis de la forma de caminar, por otro lado, podría demostrar ser una herramienta importante para ayudar a la diagnosis, además de registrar los efectos de tratamiento o de la progresión de la enfermedad".Aspectos específicos de la forma de caminar que podrían estar asociados con las capacidades cognitivas específicas y funciones
Con las personas en una edad cada vez mayor y en las personas con enfermedad de Alzheimer, varias de las funciones cerebrales se deterioran. Las investigaciones más recientes se han centrado en la cognición. Las pruebas recientes indican que la forma de caminar también se ve afectada por el envejecimiento y el Alzheimer, aunque la relación exacta sigue estando poco clara.
Mohammad Ikram, doctor, PhD y colega del Erasmus MC, Rotterdam, Países Bajos, ha investigado las relaciones entre la cognición y la forma de caminar en personas mayores que vivían en comunidad. Las investigaciones llevadas a cabo estudiaron a 1.232 personas con edades de más des 49 años procedentes de The Rotterdam Study (Nota: los datos incluidos son una actualización desde que se publicó el envío del abstracto original a la AAIC 2012). El test neuropsicológico estandarizado se usó a fin de evaluar la velocidad de procesamiento de la información, memoria, velocidad motora fina y función de ejecución. La forma de caminar se evaluó usando un caminador electrónico.
Cada uno de los participantes caminó de forma normal, caminó en tándem (donde el talón del pie que se sitúa delante se coloca directamente tocando los dedos del pie que está detrás), y así paso a paso. Las variables de las formas de caminar se agruparon en siete factores independientes:
Han surgido conductas interesantes en el análisis de los datos; las investigaciones han descubierto que algunos dominios cognitivos solo se asociaron a algunos aspectos de la forma de caminar.
"Nuestros resultados indican que la cognición y la forma de caminar están fuertemente relacionados con una conducta específica, en la que algunos de los dominios cognitivos solo se asocian a los aspectos correspondientes de la forma de caminar", indicó Ikram.
La velocidad de la forma de caminar, cadencia y longitud de la zancada reducidas podrían estar asociadas a la reducción cognitiva
Algunos estudios anteriores han indicado que las anormalidades en la forma de caminar podrían asociarse a una discapacidad cognitiva y a una enfermedad de demencia. A pesar de ello, no está claro qué componentes de la forma de caminar podrían estar asociados a la reducción cognitiva futura.
Rodolfo Savica, doctor, MSc y colega del Mayo Clinic Study of Aging (MCSA) evaluó la longitud de la zancada, cadencia y velocidad de más de 1.341 participantes en el estudio por medio de un instrumento computerizado de estudio de la forma de caminar (GAITRite) en dos o más visitas con una diferencia de apenas 15 meses. Las visitas incluyeron además evaluaciones neurológicas y neurofísicas que cubrían cuatro dominios: memoria, función ejecutiva, idioma y capacidad visioespacial. Los participantes fueron cognitivos normales (1.172), o diagnosticados con MCI (158) o con demencia (11).
Los investigadores descubrieron que los participantes en el estudio con una cadencia menor, velocidad y amplitud de la longitud de la zancada experimentaron reducciones que fueron mucho mayores en la cognición global, memoria y función ejecutiva.
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