MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS)
Cirujanos de la Universidad de Johns Hopkins, en Estados Unidos, han implantado por primera vez un dispositivo similar a un marcapasos en el cerebro de un enfermo de Alzheimer en fase precoz, tal y como se ha hecho ya en muchas personas con Parkinson, a fin de tratar de estimular la memoria e invertir el deterioro.
La operación se llevó a cabo el pasado mes de noviembre y forma parte de un estudio multicéntrico financiado con fondos federales que podría marcar un nuevo rumbo en la investigación clínica dirigida a retrasar o frenar el desarrollo de la enfermedad.
En lugar de centrarse en los tratamientos farmacológicos, muchos de los cuales han fracasado en ensayos clínicos recientes, la investigación se centra en el uso de cargas eléctricas de baja tensión directamente al cerebro.
La cirugía conlleva la perforación de orificios en el cráneo para implantar los cables a cada lado del cerebro en la zona del fornix, una vía cerebral encargada de llevar información al hipocampo, la parte del cerebro donde se inicia el aprendizaje y los recuerdos, que es donde parecen surgir los primeros síntomas del Alzheimer.
Los cables están conectados a un dispositivo similar a un marcapasos, el "estimulador" que genera pequeños impulsos eléctricos en el cerebro 130 veces por segundo. No obstante, los científicos aseguran que los pacientes no sienten la corriente.
Estos dispositivos ya se implantaron en 2010 en seis pacientes con enfermedad de Alzheimer de Canadá, como parte de un estudio preliminar de seguridad.
En esta ocasión se observó que los pacientes con formas leves de la enfermedad mostraron incrementos sostenidos en el metabolismo de la glucosa, un indicador de la actividad neuronal, después de 13 meses, cuando la mayoría de pacientes lo que hacen es mostrar una disminución en el metabolismo de la glucosa durante el mismo período.
Tras este ensayo, dos años más tarde se ha realizado la primera intervención en Estados Unidos, cuyo éxito ha sido tal que ya hay una segunda operación programada para diciembre.
"Los recientes fracasos de numerosos medicamentos, como los destinados a reducir la acumulación de placas de beta amiloide en el cerebro, han agudizado la necesidad de buscar estrategias alternativas", ha explicado Paul B. Rosenberg, profesor asociado de Psiquiatría y Conducta en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
MEJORA LA FUNCIÓN CEREBRAL DE FORMA MECÁNICA
Además, este experto ha explicado que con este dispositivo lo que se pretende es mejorar la función del cerebro "de forma mecánica". "Es una vía totalmente nueva para el tratamiento potencial de una enfermedad que se está volviendo cada vez más común con el envejecimiento de la población", ha añadido.
El objetivo es que unos 40 pacientes reciban este implante el próximo año en la Universidad Johns Hopkins y otras cuatro instituciones de Estados Unidos, como parte del estudio multicéntrico que dirigen estos investigadores junto con la Universidad de Toronto.
No obstante, de momento solo son candidatos a esta intervención pacientes con deterioro cognitivo leve, suficiente como para que puedan decidir por sí mismos participar o no en el estudio.