MADRID, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta con más frecuencia a los ancianos y cuyo síntoma más comúnmente asociado es una pérdida progresiva de la memoria en la etapa en la que el paciente es completamente dependiente de los cuidadores para sus necesidades diarias.
Hay una gran cantidad de investigación que apoya la teoría de que un grupo de péptidos llamados beta-amiloide, que se encuentran de forma natural en el cuerpo, son los principales contribuyentes de esta patología. A través de un proceso, hasta ahora poco claro para la ciencia, hay una acumulación de estos péptidos en el cerebro que durante un periodo de años causa problemas de memoria y otros síntomas asociados con la enfermedad.
El profesor Manuel Sarasa, fundador de la compañía de investigación española Araclon Biotech, y su equipo han estado perfeccionando los análisis de sangre "ABtest40" y "ABtest42" para medir cantidades muy pequeñas de estos péptidos en la sangre.
"El estudio ha demostrado que nuestras pruebas para beta-amiloide en sangre encuentran un alto grado de asociación entre los niveles de péptido y de la enfermedad cuando se comparan personas sanas e individuos con deterioro cognitivo leve", explica este exprto.
"Mediante la medición de tres niveles diferentes en la sangre, libres en el plasma, con destino a los componentes del plasma y unidos a las células de sangre, de dos de los péptidos más importantes, beta-amiloide 40 y beta-amiloide 42, en comparación con las proporciones de los niveles con los métodos diagnósticos establecidos, hemos sido capaces de mostrar constantemente una relación entre los niveles de beta-amiloide y la enfermedad", dice.
"Esto significa que se está más cerca de tener un biomarcador fiable y mínimamente invasivo para la enfermedad de Alzheimer", celebra el profesor Sarasa.
Investigadores españoles expertos en Alzheimer han dado un paso más cerca de encontrar una prueba de sangre para ayudar en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, al encontrar pistas de unos péptidos vinculados a esta patología en la sangre, según los resultados de un estudio publicados en 'Journal of Alzheimer's Disease'.
Con aproximadamente el 75 por ciento de los cerca de 36 millones de enfermos de Alzheimer en todo el mundo sin recibir todavía un diagnóstico fiable, el posible impacto en las vidas de las víctimas presentes y futuras, podría ser enorme.La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta con más frecuencia a los ancianos y cuyo síntoma más comúnmente asociado es una pérdida progresiva de la memoria en la etapa en la que el paciente es completamente dependiente de los cuidadores para sus necesidades diarias.
Hay una gran cantidad de investigación que apoya la teoría de que un grupo de péptidos llamados beta-amiloide, que se encuentran de forma natural en el cuerpo, son los principales contribuyentes de esta patología. A través de un proceso, hasta ahora poco claro para la ciencia, hay una acumulación de estos péptidos en el cerebro que durante un periodo de años causa problemas de memoria y otros síntomas asociados con la enfermedad.
El profesor Manuel Sarasa, fundador de la compañía de investigación española Araclon Biotech, y su equipo han estado perfeccionando los análisis de sangre "ABtest40" y "ABtest42" para medir cantidades muy pequeñas de estos péptidos en la sangre.
"El estudio ha demostrado que nuestras pruebas para beta-amiloide en sangre encuentran un alto grado de asociación entre los niveles de péptido y de la enfermedad cuando se comparan personas sanas e individuos con deterioro cognitivo leve", explica este exprto.
"Mediante la medición de tres niveles diferentes en la sangre, libres en el plasma, con destino a los componentes del plasma y unidos a las células de sangre, de dos de los péptidos más importantes, beta-amiloide 40 y beta-amiloide 42, en comparación con las proporciones de los niveles con los métodos diagnósticos establecidos, hemos sido capaces de mostrar constantemente una relación entre los niveles de beta-amiloide y la enfermedad", dice.
"Esto significa que se está más cerca de tener un biomarcador fiable y mínimamente invasivo para la enfermedad de Alzheimer", celebra el profesor Sarasa.
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