R.S.. Washington.
Un equipo de científicos ha conseguido erosionar la placa que se forma en el
cerebro de los pacientes de Alzheimer con una técnica experimental aplicada
a ratones, algunos de los cuales recuperaron memoria, según un estudio
publicado hoy en la revista especializada «Science Translational Medicine» y
que recoge la agencia Efe.
El daño cerebral en la enfermedad de Alzheimer se origina a causa
de unos depósitos anormales de fragmentos de la proteína betamiloide.
Esos depósitos forman unas placas que se concentran y forman
unos cúmulos u ovillos impenetrables que afectan a la transmisión entre las
células nerviosas del cerebro.
El tratamiento de esta enfermedad sigue siendo difícil, en parte,
porque el cerebro tiene una barrera protectora, formada por una densa capa de
células estrechamente unidas que impide que penetre cualquier sustancia
potencialmente dañina que circula por la sangre, pero también los medicamentos.
El neurocirujano Jürgen Göt y Gerhard Leinenga, del Instituto del
Cerebro de la Universidad de Queensland, en Australia, exploraron las
posibilidades para tratar de penetrar en el cerebro del ratón y erosionar la
placa betamiloide.
Para lograrlo, los expertos utilizaron una prueba de ultrasonido
combinada con microburbujas inyectadas en la sangre del ratón que vibran en
reacción a las ondas emitidas para abrir temporalmente la barrera protectora
del cerebro.
Los investigadores aplicaron esta técnica en repetidas ocasiones
durante varias semanas al cerebro de ratones afectados por el mal de Alzheimer.
Y descubrieron que desaparecieron casi por completo las placas en
un 75 por ciento de los ratones, sin causar daños al tejido del cerebro.
Los investigadores aplicaron esta técnica en repetidas ocasiones
durante varias semanas al cerebro de ratones afectados por el mal de Alzheimer.
Y descubrieron que desaparecieron casi por completo las placas en
un 75 por ciento de los ratones, sin causar daños al tejido del cerebro.
Por otra parte, los ratones tuvieron mejores resultados en las
pruebas de memoria, orientación y reconocimiento de objetos, a las que fueron
sometidos antes y después de aplicarles el ultrasonido.
El análisis de los tejidos cerebrales reveló que la prueba de
ultrasonido estimuló además las células del sistema inmunitario del sistema
nervioso central (microglías), que contribuyeron a fagocitar las placas de
betamiloides.
Los científicos señalaron que se trata de una técnica no invasiva
que se encuentra en las primeras etapas de investigación, pero creen que en el
futuro podría ofrecer una posible estrategia para tratar el Alzheimer y otras
enfermedades neurodegenerativas.
Los autores esperan probar ahora esta técnica en ovejas con la
enfermedad de Alzheimer
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