Ética y Buenas Prácticas

Podriamos definir Buenas Prácticas en Atención a Personas con Alzheimer, aquellas que van acordes con el nivel de conocimiento científico-técnico, en una estructura de Asociacionismo donde la humanización, el apoyo y el cariño son el hilo conductor. Respondiendo a necesidades sociales y como siempre adecuandonos al nivel socioeconómico disponible. En un servicio Público de Salud hay que tener una dimensión universal y de justicia social. Todo ello en un contexto ético de respeto a las personas diagnosticadas de Alzheimer y a sus cuidador@s. A. López

viernes, 30 de enero de 2015

Identifican un posible biomarcador de la enfermedad del Alzheimer


                          
                           
                                              colaboración conjunta de varios investigadores españoles

VALENCIAPLAZA.COM. Ayer Señalan la proteína precursora amiloide (APP) como posible biomarcador de Alzheimer, una prioridad para la adecuada intervención terapéutica de la patología

MADRID (EP). Investigadores españoles han identificado la forma completa de la proteína precursora amiloide (APP) como posible biomarcador en enfermedad de Alzheimer, un hallazgo importante teniendo en cuenta que estudios anteriores sugerían como marcadores algunos de los fragmentos de esta proteína, pero hasta ahora los resultados eran poco robustos.
El estudio ha sido realizado por miembros del Instituto de Neurociencias, centro mixto de la Universidad Miguel Hernández y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y miembros del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED).

La validación de nuevos biomarcadores para el diagnóstico clínico de la enfermedad de Alzheimer en sus primeras etapas es una prioridad para la adecuada intervención terapéutica de la patología. Además, existe la necesidad de encontrar marcadores bioquímicos que permitan seguir el desarrollo de ensayos clínicos para los nuevos tratamientos en desarrollo. 
El comportamiento y la presencia de la proteína beta-amiloide en el cerebro es una de las características más conocidas en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. A pesar de que la determinación de sus niveles en el líquido cefalorraquídeo es utilizada como prueba diagnóstica de la enfermedad, habitualmente los resultados son contradictorios, ya que cuando la presencia de esta proteína aumenta en el cerebro de pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA), disminuye por otra parte, por su acumulación en placas seniles, en el líquido cefalorraquídeo.

El trabajo, publicado en 'Molecular Neurodegeneration', identifica la proteína precursora amiloide (APP) en su forma completa sin procesar en el líquido cefalorraquídeo, lo que la postula como nuevo biomarcador. Esta forma completa de la proteína coexiste en el líquido cefalorraquídeo con fragmentos de la misma (sAPP-beta y sAPPa) que habían sido propuestos como marcadores diagnósticos, pero con resultados contradictorios y desalentadores. El estudio de sAPP y sus fragmentos podría ser de gran utilidad para la detección y el tratamiento en el futuro.
SE BUSCAN NUEVOS TEST

El descubrimiento podría permitir la posibilidad de diseñar nuevos test aplicables en el diagnóstico temprano y en ensayos clínicos que permitan realmente estimar el valor de lkos fragmentos sAPP  como biomarcadores para la enfermedad de Alzheimer.
Los estudio realizados hasta el momento mostraban, además de incongruencias en los resultados de aumento o disminución de su nivel, cambios en paralelo entre las formas mayoritarias de sAPP-beta y sAPPa, cuando ambas proceden de vías de procesamiento de APP mutuamente excluyentes. El trabajo publicado ahora muestra como la forma completa de APP forma complejos mixtos o heteroméricos junto a sAPP-beta y sAPPa. 
Esta identificación permitiría, según el profesor del Área de Bioquímica y Biología Molecular de la UMH Javier Sáez Valero, y director de la investigación, resolver en parte las incongruencias que arrojaban las investigaciones de los compuestos sAPP-beta y sAPPa por separado, ya que estudiaban estos complejos mixtos sin discriminarlos, por lo que no resultaban finalmente adecuados como biomarcadores.
 
 

jueves, 29 de enero de 2015

Siempre ALICE





Siempre Alice es una pelicula humana, llena de matices, pero también científica, para aprender, que buscan dejar alguna enseñanza, algún conocimiento.

Alice Howland es una mujer que lo tiene todo: a sus cincuenta años, es experta en lingüística y profesora de psicología cognitiva en la Universidad de Harvard, es investigadora y ha escrito un sinnúmero de papers -incluyendo un libro que incluye de coautor a su esposo- y tiene tres hijos exitosos. Todo marcha de maravillas hasta que comienza con los síntomas de una de las enfermedades más destructivas que existen, aquella que en la actualidad padecen veinticinco millones de personas en el mundo: el maldito Alzheimer. Su vida se ve truncada y su exitosa carrera queda en stand by ha medida que descubre cómo lidiar con los primeros síntomas de su enfermedad. Así vemos a una mujer colapsada, frustrada, llena de rabia e incertidumbre por su futuro, con miedos que se acrecientan a medida que los síntomas se hacen más perceptibles, sin saber cómo enfrentar una realidad que cada día es más palpable.

Alice es un personaje entrañable. Mientra ves la película la tomas de la mano y caminas junto a ella hasta llegar a un desenlace que nos hace llorar, porque la vida es frágil, bella, simple, llena de tantas cosas que recordar.

¿Qué sería de nosotros sin recuerdos? ¿El sentimiento que nos provocan nuestros seres amados trasciende a una enfermedad como ésta? La novela plantea cuestiones realmente importantes sobre la existencia del ser humano, sobre las oportunidades y la necesidad de amor, de comprensión, de ayuda y de compañía en un camino lleno de soledades y vacíos. Te  llega a doler no solo la Alice pérdida, sino el sufrimiento de toda su familia.

Aplaudo a Génova por el trabajo detrás de la novela. Se puede ver que hubo una investigación a fondo respecto a la enfermedad, no solo en base a la arista de quien la vive -una de las más profundas y difíciles de plasmar-, sino que también de los familiares, cuidadores, doctores y amigos de las personas enfermas. Una película interesante, equilibrada, con conceptos médicos que quizás no comprendamos a fondo, pero que nos permiten contextualizar de manera realista una historia que, a fin de cuentas, es la realidad de muchos.

Una película que duele verla porque la vives como tuya.

Os animo a verla aunque duela.

miércoles, 14 de enero de 2015

Hallan el ‘interruptor’ que mata las neuronas en el cerebro con Alzheimer


 


Un nuevo estudio realizado por investigadores del Instituto de Investigación Médica Sanford-Burnham (Sanford-Burnham), en La Jolla, California, Estados Unidos, ha identificado un “interruptor” químico que controla tanto la generación de nuevas neuronas a partir de células madre neurales como su supervivencia en el cerebro. Este interruptor se encuentra en abundancia en el cerebro de pacientes con Alzheimer y víctimas de accidentes cerebrovasculares.
Los resultados de este estudio, publicados este jueves en ‘Cell Reports’, sugieren que el interruptor químico, MEF2, puede ser una potencial diana terapéutica para proteger contra la pérdida neuronal en una variedad de patologías neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson y el autismo.
“Hemos demostrado que cuando el óxido nítrico (NO), un radical libre altamente reactivo, reacciona con MEF2, MEF2 ya no puede unirse y activar los genes que dirigen la neurogénesis y la supervivencia neuronal”, explica Stuart Lipton, director y profesor de Neurociencia y Envejecimiento del Centro de Investigación en Sanford-Burnham y neurólogo clínico practicante.
"Lo que es único es que una sola alteración de MEF2 controla dos eventos: la generación de nuevas neuronas y la supervivencia de las neuronas existentes”, subraya Lipton, que también es el autor principal de esta investigación. En el cerebro, los factores de transcripción son críticos para unir los estímulos externos con la producción de proteínas, lo que permite a las neuronas adaptarse a entornos cambiantes.

Se ha demostrado que los miembros de la familia de los factores de transcripción MEF2 desempeñan un papel importante en la neurogénesis y la supervivencia neuronal, así como en los procesos de aprendizaje y memoria y se han asociado las mutaciones del gen MEF2 con una amplia gama de trastornos neurodegenerativos, incluyendo la enfermedad de Alzheimer y el autismo.

El proceso de modificaciones de la proteína NO conocidas como S-nitrosilación fue descrito por primera vez por Lipton y colaboradores hace unos 20 años. La S-nitrosilación tiene importantes funciones reguladoras en condiciones fisiológicas normales a lo largo del cuerpo, pero, con el envejecimiento, toxinas ambientales o lesiones relacionadas con el estrés pueden producir reacciones anormales en S-nitrosilación, contribuyendo a la patogénesis de la enfermedad.

“Nuestro laboratorio demostró anteriormente que la S-nitrosilación de MEF2 controla la supervivencia neuronal en la enfermedad de Parkinson”, resalta Lipton. “Ahora, hemos detectado que esta misma reacción es más ubicua, ocurre en otras enfermedades neurológicas como el ictus y la enfermedad de Alzheimer”, agrega este investigador.
En este sentido, este experto señala que aunque los principales objetivos de los genes MEF2 pueden ser diferentes en diversas enfermedades y áreas del cerebro, el nuevo hallazgo importante es que se puede tratar cada uno de estos trastornos neurológicos mediante la prevención de una modificación común de S-nitrosilación de MEF2.

“Los hallazgos sugieren que el desarrollo de una pequeña molécula terapéutica, que pueda cruzar la barrera sangre-cerebro y bloquear S-nitrosilación de MEF2 o de alguna otra manera aumentar la actividad transcripcional de MEF2, podría promover un nuevo crecimiento de las células del cerebro y proteger las células existentes en varias enfermedades neurodegenerativas”, adelanta Lipton.

 

lunes, 22 de diciembre de 2014

Diseñan micro y nanocápsulas para mejorar los tratamientos de las enfermedades de Alzheimer y Parkinson





Un grupo de investigadores ha desarrollado técnicas de encapsulación para administrar correcta y eficazmente fármacos. Su objetivo es mejorar los tratamientos de las enfermedades de Alzheimer y Parkinson, cada vez más prevalentes en la sociedad. De hecho, ambas dolencias afectan a las neuronas: pierden su estructura y función, lo que provoca el deterioro las funciones motoras, cognitivas, sensoriales y emocionales del paciente.
En muchos casos, los fármacos utilizados en ambas patologías no hacen sino mitigar sus síntomas, no actúan sobre el origen de la enfermedad. Para llegar hasta las neuronas, los medicamentos deben atravesar la barrera hematoencefálica, un objetivo nada sencillo. Según la investigación, los factores de crecimiento se encapsularían para administrarlos con gran eficacia y seguridad. Es decir, se introducirían en micro y nanocápsulas y se implantarían en el cerebro mediante una craneotomía. Así, los fármacos se liberarían en el lugar donde deben actuar, de una manera constante y en la dosis apropiada.
 
Las micro y nanopartículas liberarían los factores de crecimiento entre 2-3 meses a un año, hasta que se
degradara el polímero. De esta manera, se evitaría que el paciente tuviera que tomar el medicamento diariamente, pero en experimentos realizados con ratones también se ha comprobado que los fármacos encapsulados son mucho más eficaces que los tomados por vía oral. Los ratones tratados con  nanopartículas mejoraron notablemente en comparación con un grupo control, tanto en el comportamiento como en la cura de las zonas dañadas. Tres meses después de realizar el tratamiento, los ratones tratados tenían buena memoria, similar a la de los ratones sanos. Mediante un análisis histológico, se comprobó que las placas de β-amiloide que se desarrollan en la enfermedad de Alzheimer habían disminuido sustancialmente, así como la inflamación, y que la angiogénesis se había intensificado.

[Mini Rev Med Chem 2014]
Herrán E, Igartua M, Pedraz JL, Hernández RM

domingo, 21 de diciembre de 2014

Sobre la medición de la anosognosia

Jaime Perales

Estudiante del Doctorado en Biomedicina.

Universitat Pompeu Fabra. Barcelona, España.

Correspondencia: Jaime Perales. Ausiàs Marc, 14, 2E.

E-08010 Barcelona.

E-mail: jaime.ethan.perales@gmail.com

Aceptado: 16.10.14.

Cómo citar este artículo: Perales J. Sobre la medición de

la anosognosia en la enfermedad de Alzheimer [carta].

Rev Neurol 2014; 59: 576.

© 2014 Revista de Neurología
 
Leí con interés el artículo de Portellano-Ortiz et al en esta revista [1]. En él se lleva a cabo un estudio longitudinal con el fin de explorar la evolución de la calidad de vida del paciente con enfermedad de Alzheimer y la relación entre la anosognosia y la discrepancia entre la calidad de vida informada por los pacientes y los cuidadores.
El trabajo concluye recomendando precaución a la hora de valorar la calidad de vida del paciente porque éste puede sobrevalorar su calidad de vida debido a la anosognosia. También enfatiza adecuadamente el papel de la depresión y la sobrecarga del cuidador como variables que pueden sesgar el juicio del cuidador en la discusión.
La anosognosia se define como el ‘desconocimiento, mala interpretación o negación explícita de los síntomas de una enfermedad’, siendo una característica común en la enfermedad de Alzheimer [2]. Para su medición, la mayoría de estudios en demencia usan escalas como la Anosognosia Questionnaire-Dementia (AQ-D). Esta escala está formada por ítems sobre funcionamiento físico, cognitivo y cambios emocionales y conductuales. La puntuación final consiste en la diferencia de puntuaciones entre las respuestas del cuidador y las del paciente, tratando las respuestas del cuidador como las ‘reales u objetivas’, y las del paciente, como la desviación en la percepción de la enfermedad.
Una gran variedad de estudios, entre los que se incluye el primeramente citado, utiliza la escala Quality of Life for Alzheimer’s Disease (QoL-AD) para la medición de la calidad de vida en la enfermedad de Alzheimer [3]. Este instrumento valora la calidad de vida del paciente desde la perspectiva del paciente y del cuidador. La escala consta de 13 ítems/dominios sobre aspectos relacionados con el bienestar de la persona con enfermedad de Alzheimer [4]. A diferencia de lo que ocurre con la medición de la calidad de vida en la enfermedad de Alzheimer, no existen estudios que cuestionen la validez de los instrumentos para medir la anosognosia. Sin embargo, si nos fijamos en
los ítems que componen la QoL-AD y la AQ-D, no hay una gran diferencia en las dimensiones medidas en cada una: 6 de los 13 dimensiones/ ítems que contiene el QoL-AD corresponden a 19 de los 30 ítems medidos en la AQ-D. Las preguntas no difieren en exceso y contienen en ambas escalas un cierto nivel de subjetividad.
El desconocimiento, la mala interpretación o la negación explícita de los síntomas de una enfermedad, medido a través de la discrepancia entre la interpretación del paciente con enfermedad de Alzheimer y la del cuidador, no está exento de problemas, no menos que la medida de calidad de vida, ya que esta discrepancia se ha visto también asociada a características tanto del paciente como del cuidador, como los niveles de depresión de ambos y la carga del cuidador (tanto informal como profesional) [5,6].
Sería de gran utilidad llevar a cabo dos tipos de estudios con el fin de esclarecer el papel que desempeñan estas variables en la medición de la anosognosia. Por una parte, se podría llevar a cabo un estudio trasversal asociando las características del cuidador o del paciente con una medida de discrepancia objetiva [7], esto es, la discrepancia entre una tarea (por ejemplo, recuerdo inmediato de diez palabras) y la predicción del desempeño del paciente evaluada por el cuidador o paciente. Se ha visto que pacientes con enfermedad de Alzheimer y con depresión tienden a predecir mejor su desempeño [8], pero ¿habrá más discrepancia entre el desempeño real del paciente y la estimación de los cuidadores de ese desempeño en aquellos con mayor depresión o sobrecarga? Por otra parte, se podría realizar un estudio longitudinal sobre la asociación entre las características de los cuidadores, la medida de discrepancia de la anosognosia y las dos mediciones individuales del paciente y del cuidador con tal de resolver la incógnita de la direccionalidad. En caso de que hubiese una asociación entre las características del cuidador y la medición de la anosognosia, sería recomendable informar de los niveles de dichas características en estudios futuros. Por último, esta asociación debería tenerse en cuenta con tal de no cometer sesgos de selección a la hora de categorizar en personas con o sin anosognosia.
 

Bibliografía
1. Portellano-Ortiz C, Turró-Garriga O, Gascón-Bayarri J, Piñán-Hernández S, Moreno-Cordón L, Viñas-Díez V, et al. Anosognosia y depresión en la percepción de la calidad de vida de los pacientes con enfermedad de Alzheimer. Evolución a los 12 meses. Rev Neurol 2014; 59: 193-204.
2. Migliorelli R, Tesón A, Sabe L, Petracca G, Petracchi M, Leiguarda R, et al. Anosognosia in Alzheimer’s disease: a study of associated factors. J Neuropsychiatry Clin Neurosci 1995; 7: 338-44.
3. Logsdon RG, Gibbons LE, McCurry SM, Teri L. Quality of life in Alzheimer’s disease: patient and caregiver reports. J Ment Health Ageing 1999; 5: 21-32.
4. Perales J, Cosco TD, Stephan BCM, Haro JM, Brayne C. Health-related quality-of-life instruments for Alzheimer’s disease and mixed dementia. Int Psychogeriatr 2013; 25: 691-706.
5. Conde-Sala JL, Reñé-Ramírez R, Turró-Garriga O, Gascón-Bayarri J, Juncadella-Puig M, Moreno-Cordón L, et al. Clinical differences in patients with Alzheimer’s disease according to the presence or absence of anosognosia: implications for perceived quality of life. J Alzheimers Dis 2013; 3: 1105-16.
6. Al-Aloucy MJ, Cotteret R, Thomas P, Volteau M, Benmaou I, Dalla Barba G. Unawareness of memori impairment and behavioral abnormalities in patients with Alzheimer’s disease: relation to professional health care burden. J Nutr Health Aging 2011; 15: 356-60.
7. Hannesdottir K, Morris RG. Primary and secondary anosognosia for memory impairment in patients with Alzheimer’s disease. Cortex 2007; 43: 1020-30.
8. Nakaaki S, Murata Y, Sato J, Shinagawa Y, Hongo J, Tatsumi H, et al. Impact of depression on insight into memory capacity in patients with Alzheimer disease. Alzheimer Dis Assoc Disord 2008; 22: 369-74.