Clínicas chinas y colombianas ofrecen terapias que pueden resultar peligrosas
Las expectativas suscitadas sobre el uso de células madre humanas para el tratamiento de enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer, parálisis cerebral o diabetes, por ejemplo, ha traído consigo la proliferación de clínicas en el extranjero (y alguna en España) que ofrecen terapias con estas células, pese a que, salvo para unos escasos tratamientos, no están autorizados, entre otras cuestiones, porque no se ha comprobado aún su efectividad y menos aún los efectos adversos. Ante esta situación, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y la Agencia Española del Medicamento (Aemps) advierten de los peligros de acudir a estos centros y recuerdan la ilegalidad de "vender" unos tratamientos no autorizados. Y alertan del uso fraudulento de la terapia celular y de la publicidad engañosa empleada por estas clínicas.
"El uso de las células madre humanas abre un sinfín de posibilidades, pero hoy por hoy están en fase de estudio. Pero muchas clínicas, sobre todo de China y también en América Latina, como es el caso de Colombia, están ofreciendo tratamientos cuyo uso pueden incluso provocar tumores", explica el responsable de la ONT, Rafael Matesanz, quien aclara que este tipo de tratamientos se ofrecen de manera impune a través de internet, lo que ha provocado un oscuro "turismo de células" que engordan los bolsillos de quienes lo ofrecen, poniendo en peligro la vida de los pacientes. De hecho, este turismo se ha convertido en uno de los problemas más serios de los organismos sanitarios orientados a los trasplantes por su falta absoluta de control, incluso más que el tráfico de órganos, señala el responsable de la ONT.
En el caso español, los problemas se centran en el campo de la estética y los cosméticos, que ofrecen terapia celular para luchar contra el envejecimiento, algo que es ilegal, señala la Agencia del Medicamento. Este organismo, dependiente del Ministerio de Sanidad, ha enviado una nota en la que alerta del uso fraudulento de estas terapias y del riesgo que conllevan para la salud.
La Aemps recuerda que en España, con la excepción de los trasplantes de precursores hematopoyéticos (trasplantes de cordón umbilical), sólo están autorizadas las terapias con células madre para el implante de condrocitos autólogos (para enfermedades de articulaciones), el implante de queratinocitos (para el tratamiento de quemados) y el tratamiento de lesiones corneales con células troncales limbocorneales. "No hay nada más. Para otros tratamientos, sólo hay ensayos muy controlados", explica Matesanz. "La utilización de medicamentos basados en células madre fuera de las modalidades citadas no están autorizadas", insisten desde la Aemps.
En el caso de los cosméticos, las autoridades sanitarias recuerdan que estos productos no pueden contener derivados de origen humano, por los que la utilización de células madre humanas en productos comercializados es ilegal. Y en los tratamientos con finalidades estéticas, la Aemps recuerda que también son considerados medicamentos, por lo que tampoco pueden incorporar productos de origen humano. "Hoy por hoy no se ha autorizado ningún medicamento de este tipo con fines estéticos", aclara tajante este organismo.
"El uso de las células madre humanas abre un sinfín de posibilidades, pero hoy por hoy están en fase de estudio. Pero muchas clínicas, sobre todo de China y también en América Latina, como es el caso de Colombia, están ofreciendo tratamientos cuyo uso pueden incluso provocar tumores", explica el responsable de la ONT, Rafael Matesanz, quien aclara que este tipo de tratamientos se ofrecen de manera impune a través de internet, lo que ha provocado un oscuro "turismo de células" que engordan los bolsillos de quienes lo ofrecen, poniendo en peligro la vida de los pacientes. De hecho, este turismo se ha convertido en uno de los problemas más serios de los organismos sanitarios orientados a los trasplantes por su falta absoluta de control, incluso más que el tráfico de órganos, señala el responsable de la ONT.
En el caso español, los problemas se centran en el campo de la estética y los cosméticos, que ofrecen terapia celular para luchar contra el envejecimiento, algo que es ilegal, señala la Agencia del Medicamento. Este organismo, dependiente del Ministerio de Sanidad, ha enviado una nota en la que alerta del uso fraudulento de estas terapias y del riesgo que conllevan para la salud.
La Aemps recuerda que en España, con la excepción de los trasplantes de precursores hematopoyéticos (trasplantes de cordón umbilical), sólo están autorizadas las terapias con células madre para el implante de condrocitos autólogos (para enfermedades de articulaciones), el implante de queratinocitos (para el tratamiento de quemados) y el tratamiento de lesiones corneales con células troncales limbocorneales. "No hay nada más. Para otros tratamientos, sólo hay ensayos muy controlados", explica Matesanz. "La utilización de medicamentos basados en células madre fuera de las modalidades citadas no están autorizadas", insisten desde la Aemps.
En el caso de los cosméticos, las autoridades sanitarias recuerdan que estos productos no pueden contener derivados de origen humano, por los que la utilización de células madre humanas en productos comercializados es ilegal. Y en los tratamientos con finalidades estéticas, la Aemps recuerda que también son considerados medicamentos, por lo que tampoco pueden incorporar productos de origen humano. "Hoy por hoy no se ha autorizado ningún medicamento de este tipo con fines estéticos", aclara tajante este organismo.
Contra el turismo celular
En un intento de parar el turismo de células madre, España ha impulsado la Resolución de Quito, un texto aprobado por 21 países, ante el incremento del uso fraudulento de la terapia celular. La iniciativa condena la compra, el tráfico y el turismo de células madre para trasplante. Además, reconoce la necesidad de combatir la publicidad engañosa que suelen presentar estas prácticas como remedios milagrosos o auténticas terapias consolidadas aunque realmente estén en fase de investigación.
Por otra parte, en el texto se destaca la falta de un mecanismo de regulación y control que sí existe en muchos países de la región americana. Y se propone aunar esfuerzos supranacionales para impedir el establecimiento de redes internacionales delictivas. "Hay que parar estas prácticas", señala Matesanz.
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