Las diferencias en las estructuras que forman las placas de β-amiloide en el cerebro de los pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA) podrían dar pistas de por qué el trastorno puede progresar más rápidamente o ser menos grave en algunas personas. La investigación podría servir para el desarrollo de nuevos agentes que resalten las estructuras específicas del cerebro (fibrilos de β-amiloide) en las pruebas de imagen y que mejoren la fiabilidad y la concreción del diagnóstico.
Los científicos tomaron tejidos del cerebro de dos mujeres que fallecieron con EA y que presentaron distintas señales y síntomas de la enfermedad. Extrajeron β-amiloide del tejido y lo usaron a modo de ‘semilla’ a partir de la cual hacer crecer fibrilos de β-amiloide. Hallaron que las mismas ‘semillas’ (secuencia de aminoácidos) podían agruparse formando estructuras moleculares distintas.
Mediante resonancia magnética y un microscopio de electrones para visualizar los fibrilos de β-amiloide en el tejido cerebral de las pacientes, los científicos descubrieron correlaciones entre las variaciones en la enfermedad y las diferencias en la estructura molecular. Comprobaron que existen al menos dos variedades distintas de estructura amiloidea en la EA.
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