Mientras
no se consigan avances significativos en los fármacos, las terapias no farmacológicas seguirán siendo indispensables para
mejorar la calidad de vida de pacientes, familiares y profesionales,
comentó Javier Olazarán, neurólogo de la Fundación CIEN
en el IV curso de formación
multidisciplinar en demencias neurodegenerativas organizado por la UIPA y el Departamento de
Psicología Básica I de la UNED.
El cuidado en enfermedades crónicas debe estar basado en actuaciones consensuadas, coordinadas y continuadas que estén centradas en la persona y su enfermedad. Estos cuidados deben estar basados no sólo en datos científicos, sino también en la experiencia, el sentido común y los valores del paciente y de sus allegados. El objetivo de los cuidados deber ser aliviar los síntomas de la enfermedad y mejorar la calidad de vida tanto de la persona con demencia como del cuidador.
El cuidado en enfermedades crónicas debe estar basado en actuaciones consensuadas, coordinadas y continuadas que estén centradas en la persona y su enfermedad. Estos cuidados deben estar basados no sólo en datos científicos, sino también en la experiencia, el sentido común y los valores del paciente y de sus allegados. El objetivo de los cuidados deber ser aliviar los síntomas de la enfermedad y mejorar la calidad de vida tanto de la persona con demencia como del cuidador.
¿Qué son las terapias no
farmacológicas?
Las
terapias no farmacológicas en las demencias fueron definidas por el Grupo
Internacional de Trabajo de Terapias No Farmacológicas (INPTP), liderado desde
la Fundación Maria Wolff. Según este grupo, son terapias no farmacológicas
aquellas intervenciones no químicas, teóricamente sustentadas, focalizadas y
replicables, que demuestran un efecto beneficioso en la persona con demencia,
en el cuidador, o en los costes derivados de la enfermedad.
La
aplicación de las terapias no farmacológicas debe estar basada en un
diagnóstico previo. Estas terapias se pueden aplicar en la persona con
demencia, en su cuidador (profesional o no profesional) o en ambos.
Es importante diferenciar las
terapias de los cuidados,
un concepto más global y más sustentado en el sentido común y la experiencia.
Aunque es evidente que cuidados y terapias no farmacológicas están íntimamente
relacionados. De hecho, muchas intervenciones que considerábamos terapia no
farmacológica (p.e., la estimulación cognitiva) han pasado, en la práctica, a
formar parte de los cuidados.
Las
terapias no farmacológicas se suelen utilizar conjuntamente con fármacos,
buscando sumar o incluso potenciar efectos.
Las principales terapias no
farmacológicas, según
la clasificación del INPTP son:
•
Estimulación cognitiva: Facilitación general y temática de
operaciones cognitivas basada en la evocación, la relación y el procesamiento.
•
Entrenamiento cognitivo: Aprendizaje o refuerzo de
operaciones cognitivas específicas, como la asociación de nombres y caras a
través de la elaboración de relaciones semánticas por parte del propio
paciente.
•
Rehabilitación cognitiva: Aprendizaje o refuerzo de
operaciones cognitivas altamente individualizado, dirigido a mantener o
recuperar capacidades funcionales o sociales relevantes para el enfermo.
•
Entrenamiento en actividades de la
vida diaria:
Práctica guiada mediante la mínima ayuda necesaria, ofrecida de forma gradual
(estímulo verbal, visual o físico) de alguna actividad diaria, con el fin
de mantener la mayor autonomía posible en dicha actividad
•
Intervenciones conductuales: Actuaciones basadas en el análisis
de los antecedentes y consecuencias de la conducta, para reforzar las conductas
adaptadas o que generan placer y a modificar las conductas desadaptadas o que
generan sufrimiento
•
Reminiscencia: Elaboración cognitiva y afectiva a
partir de acontecimientos o experiencias del pasado remoto (acontecimientos
vividos, hechos del pasado, canciones antiguas…).
•
Música: Utilización de la música de forma
activa o pasiva, dirigida a estimular capacidades cognitivas, a provocar un
refuerzo afectivo y a mejorar el estado físico.
•
Ejercicio físico: Ejecución guiada (mediante
indicación verbal o por imitación) de ejercicio aerobio dirigido a mejorar la
resistencia, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación.
•
Actividades: Elaboración guiada de actividades
adaptadas a las posibilidades del paciente, dando prioridad al refuerzo
afectivo.
•
Animales: Utilización de animales de compañía
(perros, gatos, etc.) para motivar al paciente y provocar una mejoría global
(cognitiva, afectiva y social).
•
Psicoterapia: Aprendizaje de estrategias
cognitivo-conductuales para soportar el estrés derivado de la pérdida de
capacidades cognitivas.
•
Validación: Combinación de distintas técnicas
(reminiscencia, orientación, tacto…) con el fin de empatizar de forma afectiva
con el paciente.
•
Estimulación multisensorial: Utilización de estímulos dirigidos
a alguno de los sentidos, con el fin de favorecer las operaciones cognitivas o
de mejorar la afectividad o la conducta.
•
Masaje y tacto: Grupo de intervenciones que, a
través del contacto físico, busca la mejoría afectiva y conductual.
•
Relajación: Intervención física y cognitiva
para liberar al paciente de la tensión muscular y de la ansiedad.
•
Acupuntura: Perforación cutánea mediante agujas
en los puntos marcados por la tradición china, acompañada del uso de ungüentos
tradicionales (moxibustión). Se persigue la mejoría cognitiva y afectiva.
•
Luz: Utilización de luz en distintas
frecuencias e intensidades para conseguir una mejor sincronización del ritmo
circadiario natural de sueño y vigilia.
•
Estimulación magnética: Utilización de corriente magnética
para facilitar funciones cognitivas o la conducta.
•
Estimulación eléctrica: Utilización de corriente eléctrica
para facilitar funciones cognitivas, mejorar el sueño o mejorar la conducta.
Las principales terapias no
farmacológicas orientadas al cuidador son:
•
Apoyo al cuidador: Provisión de información
relacionada con la demencia y sus causas, y de apoyo poco estructurado (vías
para la descarga o refuerzo afectivo
•
Educación y entrenamiento: Aprendizaje de técnicas de tipo
cognitivo-conductual dirigidas a manejar el estrés derivado del papel de
cuidador.
•
Asesoramiento y gestión de casos: información sobre la
existencia y utilización de servicios sociales y sanitarios que pueden aliviar
la carga.
Cuidados de respiro: Aplicación rutinaria de servicios
dirigidos a aliviar la carga (ayuda en el domicilio, ingreso de respiro, centro
de día…)
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