El Centro de Cultura de Cajamar registró una buena entrada para ver la cinta de Daniel Ortega
D. Martínez
Quince minutos antes de comenzar la presentación del cortometraje de Daniel Ortega Alfileres, el ambiente en la puerta de La Casa de las Mariposas ya hacía prever que iba a ser todo un éxito. La sala se llenó a las siete de la tarde y todo el mundo esperaba ansioso el trabajo que sobre la enfermedad del Alzheimer ha realizado el joven director.
La primera intervención corrió a cargo de la Diputada de Cultura María Vázquez que agradeció el trabajo de la Asociación de Enfermos de Alzheimer y valoró muy positivamente el empuje de nuevos creadores.
Luego intervino Esther Fernández, presidenta de la Asociación, dando a conocer el trabajo que llevan a cabo y los buenos resultados de los tratamientos. Daniel Ortega y Cristóbal García comentaron algunas anécdotas del rodaje y algunos aspectos técnicos. El actor no pudo evitar emocionarse al referirse a Blanca, protagonista del cortometraje y enferma de Alzheimer, que se encontraba en el público acompañada de su hermana y su hija.
Cuando las primeras imágenes se proyectaron en la pantalla del Centro de Cultura de Cajamar, el silencio y la emoción del público fueron creciendo por minutos. La increíble banda sonora compuesta por el jovencísimo Manuel Rubio, el sonido de Sergio López, el maquillaje de Irene Caminero y, sobre todo, el estilo tan peculiar de Daniel Ortega a la hora de plasmar en imágenes el mundo del Alzheimer, hicieron que al terminar la proyección los asistentes le dedicasen una ovación más que merecida.
Alfileres gustó, atrapó y emocionó a todo el público presente en la sala, y eran muchos los que mostraban su emoción llorando, y los más conteniendo el aliento.
Después director y actor volvieron a subir al escenario y se produjo una rueda de preguntas, sobre todo sobre la simbología de ciertas imágenes y aspectos del cortometraje. Fueron muchos los que agradecieron al director el haber realizado este trabajo con tanto cariño, pues todo el mundo podía ver a sus abuelas o abuelos reflejados en la pantalla a través de Blanca.
Daniel y Cristóbal tardaron bastante en abandonar el edificio ya que daba la sensación que todos los presentes querían agradecerles uno a uno el trabajo realizado. En definitiva una gran noche de arte cinematográfico y emociones a la que los almerienses respondieron de una manera espectacular, dejando claro el prometedor futuro de estos jóvenes realizadores almerienses.
La primera intervención corrió a cargo de la Diputada de Cultura María Vázquez que agradeció el trabajo de la Asociación de Enfermos de Alzheimer y valoró muy positivamente el empuje de nuevos creadores.
Luego intervino Esther Fernández, presidenta de la Asociación, dando a conocer el trabajo que llevan a cabo y los buenos resultados de los tratamientos. Daniel Ortega y Cristóbal García comentaron algunas anécdotas del rodaje y algunos aspectos técnicos. El actor no pudo evitar emocionarse al referirse a Blanca, protagonista del cortometraje y enferma de Alzheimer, que se encontraba en el público acompañada de su hermana y su hija.
Cuando las primeras imágenes se proyectaron en la pantalla del Centro de Cultura de Cajamar, el silencio y la emoción del público fueron creciendo por minutos. La increíble banda sonora compuesta por el jovencísimo Manuel Rubio, el sonido de Sergio López, el maquillaje de Irene Caminero y, sobre todo, el estilo tan peculiar de Daniel Ortega a la hora de plasmar en imágenes el mundo del Alzheimer, hicieron que al terminar la proyección los asistentes le dedicasen una ovación más que merecida.
Alfileres gustó, atrapó y emocionó a todo el público presente en la sala, y eran muchos los que mostraban su emoción llorando, y los más conteniendo el aliento.
Después director y actor volvieron a subir al escenario y se produjo una rueda de preguntas, sobre todo sobre la simbología de ciertas imágenes y aspectos del cortometraje. Fueron muchos los que agradecieron al director el haber realizado este trabajo con tanto cariño, pues todo el mundo podía ver a sus abuelas o abuelos reflejados en la pantalla a través de Blanca.
Daniel y Cristóbal tardaron bastante en abandonar el edificio ya que daba la sensación que todos los presentes querían agradecerles uno a uno el trabajo realizado. En definitiva una gran noche de arte cinematográfico y emociones a la que los almerienses respondieron de una manera espectacular, dejando claro el prometedor futuro de estos jóvenes realizadores almerienses.
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