El deterioro cognitivo en el anciano se relaciona con diferentes variables biopsicosociales. Un reciente estudio ha identificado las variables cognitivas relevantes a la hora de diferenciar ancianos sanos de ancianos con deterioro cognitivo, con el fin de proponer una evaluación de cribado breve no influida por el nivel educativo para la detección del deterioro cognitivo en la vejez..
Con ese objetivo se evaluaron 264 ancianos, de 65-96 años, en funcionamiento cognitivo general, atención sostenida, plasticidad cognitiva o potencial de aprendizaje, memoria de trabajo y fluidez verbal. Se establecieron dos grupos diferenciados, ancianos sanos y ancianos con deterioro cognitivo, a partir del corte de 24 puntos en el miniexamen cognitivo. El análisis discriminante mostró que el mejor indicador del deterioro cognitivo fue el rendimiento en fluidez verbal semántica (FVS), seguido de la atención sostenida y el potencial de aprendizaje. Las tareas de FVS y atención sostenida mostraron unas áreas bajo las curvas ROC de 0,811 y 0,777, respectivamente. Para la FVS, un punto de corte de 10 palabras tuvo una sensibilidad para la discriminación de los ancianos sin deterioro del 74% y una especificidad del 80%, mientras que la atención sostenida mostró una sensibilidad del 68,4% y una especificidad del 68,6%.
El estudio concluye que el rendimiento en FVS y en atención sostenida parece ser un factor de protección frente al deterioro cognitivo en la vejez, con lo que podría utilizarse como prueba de cribado para la detección de ancianos con deterioro.
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