Ética y Buenas Prácticas

Podriamos definir Buenas Prácticas en Atención a Personas con Alzheimer, aquellas que van acordes con el nivel de conocimiento científico-técnico, en una estructura de Asociacionismo donde la humanización, el apoyo y el cariño son el hilo conductor. Respondiendo a necesidades sociales y como siempre adecuandonos al nivel socioeconómico disponible. En un servicio Público de Salud hay que tener una dimensión universal y de justicia social. Todo ello en un contexto ético de respeto a las personas diagnosticadas de Alzheimer y a sus cuidador@s. A. López

viernes, 7 de junio de 2013

OCU: Urge reformar el sistema de patentes Farmacéuticas



En abril fue noticia la sentencia del Tribunal Supremo de la India que decidió rechazar la demanda de la farmacéutica suiza Novartis para que se cambiase la ley india de patentes tras siete años de batalla legal. Es un gran éxito para los intereses de los ciudadanos porque esta normativa de la India es ejemplar en ese sentido. Por ejemplo, en una de sus cláusulas prohíbe que se patenten modificaciones de móleculas ya conocidas a menos que supongan una mejora sustancial de su eficacia. Esa es una táctica de las farmacéuticas conocida como "reverdecimiento". El objetivo es intentar estirar la vida de las patentes, algo tremendamente rentable para los laboratorios. Mientras las mantienen, poseen la exclusividad en el mercado: suelen poner un precio alto a sus fármacos y ningún otro puede hacerles la competencia. Así impiden la llegada de los genéricos.

En la OCU nos alegramos enormemente de la sentencia de la India. Llevamos tiempo diciendo que es necesario reformar el sistema internacional de patentes que, lejos de fomentar la innovación, está favoreciendo los intereses económicos de los laboratorios en detrimento del derecho a la salud de los ciudadanos.

Nos gustaría:
  • Que el número de años de explotación exclusiva de un medicamento sea proporcional al beneficio que aporta a la salud pública. Para demostrar ese benefício, los laboratorios deberían realizar estudios clínicos comparando su fármaco con el mejor tratamiento existente, no con un placebo como es habitual.
  • Que puesto que los Estados y los Consumidores pagan la mayor parte de las investigaciones para conseguir nuevos fármacos, no se destinaran fondos públicos a financiar estudios sin valor terapéutico. No es aceptable que menos del 25% de los nuevos medicamentos sean realmente innovadores.
  • Una mayor transparencia en la industria farmacéutica. Los ciudadanos deben saber que el gasto de los laboratorios en investigación es inferior al que quieren hacernos creer y, además, es menor que el de promoción y publicidad. También a esta industria se le deberia exigir un estricto cumplimiento de las limitaciones en materia de publicidad y promoción de los medicamentos.
  • Que hubiera una evaluación coste/efectividad de los nuevos fármacos para decidir si se van a financiar o no dentro del sistema nacional de salud.

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